Una vez terminado el apagado parcial del alumbrado público en todas las zonas urbanas del municipio, queremos hacer un repaso sobre las sugerencias y críticas recibidas, a la vez que una reflexión sobre las mismas.
Primero recordemos el motivo de la decisión: ahorrar. Tenemos que ahorrar unos 200.000 € de la factura de energía eléctrica, ya que esa es la cantidad que hemos tenido que detraer del Presupuesto de 2012 para pagar los gastos causados en 2011.
Como ya hemos informado, hemos tenido que aprobar un Plan de Saneamiento, que nos obliga a cerrar los seis próximos Presupuestos Municipales con un superávit mínimo de +1.000.000 € cada año, para corregir el déficit de -7.114.357 € acumulado por el anterior gobierno del PP de Villalbilla.
Ahora que tanto se está hablando del déficit y sus consecuencias tan negativas (el del Estado es del 8,2 %), debemos conocer todos que el Remanente de Tesorería (déficit) del Ayuntamiento de Villalbilla es del 73% con referencia al presupuesto aprobado para 2012, cuyos gastos están presupuestados en 9.757.660 €.
Por esta razón no podemos dejar para 2012 el pago de los 200.000 € detraídos del mismo, puesto que no cumpliríamos el Presupuesto de 2012 y, por tanto, el Plan de Saneamiento, que es de obligado cumplimiento.
Repasemos las sugerencias y críticas. Como norma general todas las sugerencias y críticas comienzan con la aceptación de la necesidad del ahorro, pero a continuación se sugieren distintas formas de acometer el apagado parcial del alumbrado. Todas podrían ser validas, pero hay que elegir una, y siempre afectará negativamente a alguien.
Generalmente las sugerencias vienen dadas por la afección particular que causa el apagado en la proximidad del domicilio de quien hace la sugerencia, argumentando que otro apagado sería más procedente. Naturalmente esto es de imposible solución, ya que siempre tiene que afectar a alguien.
Una de las sugerencias más reiteradas es que el apagado parcial se alterne cada cierto tiempo (semanalmente, mensualmente), para que afecte por igual a todos. Esta solución no es posible, ya que las farolas hay que apagarlas una a una (hemos tardado casi dos meses en pagar todo el municipio), por lo que los electricistas estarían siempre ocupados en esta operación. Si esta situación durase más de lo previsto, lo haríamos anualmente.
Se han seguido el criterio de mantener el alumbrado que permita la movilidad por las calles, que exista alumbrado suficiente en los cruces de calles, en las esquinas, etc., no tanto el alumbrado de las fachadas y puertas de las viviendas.
Por otro lado la medida no afecta por igual a todas las zonas. Las nuevas zonas urbanas tienen mejor iluminación que las antiguas, en unas zonas la existencia del arbolado hace más difícil la implantación de la medida, en otras zonas las distancias entre farolas también afecta de manera más negativa, también depende de la altura de las farolas, etc. etc.
No argumentaremos las críticas descalificadoras, puesto que entendemos las incomodidades que la medida causa, pero si rogamos que huyan de alarmismos y tengan comprensión, puesto que la medida tampoco es de nuestro agrado, pero la responsabilidad obliga.
Somos conscientes que las variables que hemos expuesto pueden ser rebatidas con otros argumentos; totalmente cierto, pero había que tomar una decisión y esta es la que hemos considerado más adecuada.
No tratamos de justificar la implantación de la medida argumentando que el alumbrado es suficiente, tratamos de explicar que es una medida estrictamente económica debido a la inevitable necesidad de ahorrar los 200.000 € detraídos del presupuesto de 2012, para pagar la factura de 2011.
Rogamos disculpas por las dificultades que esta medida pueda causar en cada uno de los vecinos, pero ha sido imprescindible tomarla. Reiteramos que es transitoria y que una vez solventado la necesidad del ahorro, volveremos a la normalidad.