Entrevista de la Agencia EFE al alcalde.
El alcalde de Villalbilla, Antonio Barahona, ha dicho a Efe que el plan gubernamental de pago a los proveedores «condicionará» aún más la gestión de las cuentas municipales, que carecen ahora de margen para realizar inversiones, ante la deuda acumulada en la anterior legislatura.
El Ayuntamiento local, gobernado por la Plataforma Municipal Independiente (PIM), acudirá a la operación de financiación del Ministerio de Hacienda con una solicitud de préstamo de 6,73 millones de euros, que es el importe de las 1.133 facturas pendientes de pago a proveedores reconocidas por el Consistorio.
«La mala noticia es que tendremos que devolver la deuda con intereses», ha dicho el edil en una entrevista con Efe.
El préstamo -con un interés del 5 por ciento y un periodo de devolución de diez años- obligará, según Barahona, a llevar a cero euros las inversiones del Ayuntamiento.
«Durante esos diez años no se va a poder hacer otra cosa que pagar los intereses y ese préstamo de siete millones», asegura.
Con un presupuesto de nueve millones de euros para este año, el el municipio, que no supera los 10.000 habitantes, debe hacer afrontar otras deudas diferentes a la de los proveedores.
En el listado de facturas remitido al Ministerio de Hacienda, recuerda Barahona, no figura las deudas de Villalbilla con organismos como el Consorcio de Transportes, con el Canal de Isabel II o con la Conferación Hidrográfica del Tajo.
Esa deuda, sumada a la de los créditos bancarios, hace figurar en el ‘debe’ de las finanzas municipales once millones de euros.
Un lastre -explica Barahona- originado en la última legislatura por «el mal gobierno del Partido Popular y el Partido Socialista, (que aportó dos concejales tránsfugas)».
El plan de saneamiento elaborado por el PIM, contempla un presupuesto anual muy restringido, que debe arrojar un superávit de casi un millón de euros en cada ejercicio para afrontar esa deuda.
Para lograr que los gastos sean inferiores a los ingresos, el Ayuntamiento de Villalbilla ha adoptado en los últimos meses medidas como apagar la mitad de las farolas del municipio.
La semana pasada, además, el Consistorio redujo los puntos de recogida de basura para no incrementar los costes del servicio, algo que en la práctica se traduce -según el alcalde- en que «los ciudadanos deberán andar ahora un poco más hasta el contenedor».
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